Reglas

1.- Los prompts se publicaran cada domingo
2.- Cada historia deberá publicarse a más tardar a las 12:00 de la noche del viernes siguiente.
3.- Cada historia debe ser de un máximo de 750 palabras. (no incluido el título en su caso)
4.- Al aceptar el prompt, es necesario dejar un comentario en el mismo como compromiso de publicar la historia.
5.- Agregar a su post con la historia la etiqueta "cuento " y luego su nombre.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Creatura

La semana pasada tuve problemas para publicar el cuento, apenas encontré una versión preliminar y traté de terminarlo de nuevo de la forma mas cercana a como era la versión que perdí. CT.


Me froté los ojos, deseando por enésima vez que llegara mi día de descanso para reponerme. Todos los músculos me dolían tras haber limpiado jaula tras jaula, tras jaula. Y a veces, la basura dejada por los visitantes al zoológico era peor que lo que mis animales producían.

Mis animales. Me encanta mi trabajo. Pero me va a llevar a la muerte.

Como si la hubiera invocado, el personaje que entró bien podría haber representado al Recaudador de almas. Flaco y nervudo, lo que podía ver de  su piel era un mapa de cicatrices, y una especialmente cruel le cruzaba la cara llevando un lado de su boca permanentemente hacia abajo, en un rictus de enojo. Nah, la muerte sería más alegre. Y su voz menos polvorienta, de seguro.

Mientras concluía mi  análisis, el hombre me explicó que había traído algo que podría interesarme, si es que no tenía miedo de las creaturas salvajes. Me reí por lo bajo, pensando en los tigres, serpientes y demás que tenía que alimentar cada día. Llegamos hasta una caja enorme de madera, en apariencia muy pesada, reforzada por todos lados con barras de metal y con agujeros para respiración. El animal debía ser bastante grande, porque la caja se movía con cada golpe. Aflojé las manos que sin percatarme había hecho puño y me sequé el sudor en las piernas del pantalón.

-        -  Lo encontré casi por casualidad, o más bien él me encontró. De haber creído que existía algo semejante, no lo hubiera buscado. – dijo el cazador, sacando una lata de tabaco de la vieja chaqueta de cuero.

Había llegado hasta China siguiendo el rastro de un elusivo y atípico lobo siberiano. El animal no solo viajaba apartado de la manada, sino que su gran tamaño y su pelaje rojo lo hacían aún mas apetecible para… coleccionar. El lobo viajó hacia el sur, alejándose de las heladas estepas y llegando  a las regiones menos frías de Asia.

Ahí  se detuvo. Un escalofrío lo recorrió y tomó otro trozo de tabaco para masticar.

-         -  Llegó un momento en que perdí su rastro. Y eso es difícil que suceda. Toda mi vida he sido rastreador,  es lo único para lo que sirvo.
-           
“Llegué a un claro en medio de la vegetación, y me detuve antes de entrar. En un bosque no debe haber silencio, menos de noche y sin embargo ahí no había ni el susurro de una hoja agitada por el aire.  Ahí yacía una creatura de pesadilla: los enormes ojos a los lados de una cabeza gigantesca, medio cubiertos de sangre coagulada y una herida abriéndole el hocico no la  hacían parecer menos peligrosa por su debilidad. Antes hubiera esperado que se levantara y me devorara. Estoy seguro que si tuviera todas sus fuerzas me habría despedazado antes de dar el primer paso.”

“Entonces fue que comencé a escuchar en mi mente una melodía triste, casi fúnebre; y unas figuras como humanos fueron acercándose a la bestia desde diferentes puntos. Fantasmas brillantes que se inclinaron con reverencia y rodearon al enorme animal, que comenzó a brillar también y a desvanecerse.

Una figura se me acercó, a pesar que estaba escondido y en silencio; traía en sus manos un pequeño bulto que temblaba. El espectro me miró y en mi mente le escuché decirme que ya era mi turno. Puso el bulto, que resultó ser una versión miniatura de la bestia, en mis manos, y desapareció.”

El viejo me miró intensamente, y comenzó a silbar una tonadilla suave que provocó que los movimientos en la caja cesaran. Me hizo señas de que le siguiera y abrió la tapa de la caja.

La bestia adentro no debía existir.  El cuerpo de un alce, los cuernos de un ciervo, la cola de búfalo y pezuñas de caballo no eran lo hacía más extraño, sino las escamas que cubrían todo su cuerpo.  Cuando era estudiante hice un viaje a la Ciudad Prohibida y ahí había visto las estatuas dedicadas a este animal de fábula.

-       -   Lo he cuidado más de ochenta años, y en ese tiempo me ha permitido envejecer más lentamente, pero estoy cansado. Es tiempo de que tenga nuevo guardián. Te he observado. Tú tendrás mejor cuidado con él. Y aquí no estará solo. Los animales lo venerarán.
-           
El viejo se fue, despidiéndose del Qilin y sin darme tiempo de asimilar la fantástica historia. Me volví al animal, y en mi mente comencé a escuchar una tonada suave.  Sabía que lo cuidaría. 

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